LOS COCINEROS DE LA ANTIGÜEDAD: La importancia de ser cocinero o cocinera arranca desde la mas remota antigüedad. Los grandes señores romanos y griegos acostumbraban a destinar una importante suma de sus rentas al ejercicio de la gastronomía .
A tal punto que Apicio, famoso gastrónomo romano prefería morir en la abundancia y no en la miseria, postura muy común entre los paganos: o comida o nada.Entre los sibaritas se daba tanta importancia a la comida que aquel que inventaba un nuevo plato gozaba todo el año de sus derechos de autor. Por su parte los griegos solían proponer a los "7 sabios de Grecia" una lista de "Los siete cocineros mas famosos. Estos eran Egis de Rodas, el único que sabia asar perfectamente un pescado; Nereo de Chio, un experto en la preparación de "caldo de congrio"; Cariades de Atenas, una estrella en la ciencia culinaria; Lamprias, inventor de la salsa negra; Aftonetes inventor de la morcilla; Eutrymoll maestro en preparar lentejas; Ariston: un mago para inventar nuevos guisos. Lo que diríamos en tiempos modernos: Cocina de autor
- LA PIMIENTA: Rey de las especias, la pimienta ha dominado el comercio europeo de las especias, desde los tiempos del Medioevo y, ha sido, el estimulo principal que impulso la búsqueda de nuevas rutas hacia el Oriente. Este condimento era ya apreciado en la Roma antigua, con la gran variedad de pimienta tentaron de corromper al rey de los Visigodos para evitar el saqueo de Roma, en el 408 d.C. La pimienta recorre la vía de las especias que partía desde el Asia, por muchos siglos un comercio controlado por los árabes islámicos. Después de la caída del Imperio Bizantino fue Venecia el unico agente para la distribución de la pimienta y de las otras especias en Europa y el punto donde se recogia el oro que era mandado en Oriente como pago. Hoy la India esta en el primer lugar, en el mundo, en la producción de pimienta seguida por Indonesia, Malasia, Madagascar y Brasil.
- Una historia popular dice que Alfonso X el Sabio obligó a os mesoneros de toda Castilla a servir algo de comer para acompañar el vino y mitigar así los desastrosos efectos de su consumo excesivo, dando lugar a las tradicionales tapas.
- En la Edad Media, lo normal era comer dos veces al día: un almuerzo a mediodía y una merienda frugal antes de la noche. La fuerte moral cristiana hacía creer que desayunar era una debilidad propia de niños y ancianos y que las comidas copiosas eran tan inmorales como el juego o la prostitución.
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